sábado, 19 de febrero de 2011

Reseña: 30 días de noche. 30 días hasta la muerte

David Lapham se apunta a la saga 30 días de noche y ofrece el que quizás sea el mejor tebeo hasta la fecha dentro de este particular universo.






30 días de noche fue un cómic creado por Steve Niles y Ben Templesmith que logró un gran éxito debido a lo novedoso del planteamiento y al dibujo de Templesmith. La idea era que qué mejor lugar para que unos vampiros para darse un atracón que en un pueblo donde fuera de noche durante 6 meses al año.
A partir de ahí, ha habido numerosas secuelas, aunque ninguna de ellas de una calidad excesiva.


Con 30 días hasta la muerte, el autor de Balas Perdidas, David Lapham, ha querido aportar su granito de arena, dándole una calidad a la serie no conseguida hasta ahora.


En primer lugar, ha manipulado su dibujo de forma que, sin perder su estilo reconocible, se adapte a los estándares estipulados por el dibujante original, dando un resultado cuanto menos, curioso.
Y después, creando una historia, con vampiros, pero con su toque cínico, y su parte de thriller urbano, lleno de personajes estrafalarios, marca de la casa. 






Los vampiros americanos están descontrolados, no cumplen ningún tipo de norma, no se preocupan por dejarse ver y su única diversión es montar orgías y matanzas sin importarles que el mundo sepa de su existencia. Este comportamiento no gusta a los ancianos allá en Europa, que decide enviar a sus asesinos a acabar con dicha lacra.
Atrapado entre todo esto se encuentra Rufus, que después de un primer encuentro con los asesinos vampiros, había decidido pasar desapercibido...



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